Uno siempre cambia al amor de su vida de Amalia Andrade Arango
Fueron nuestras invisibilidades las que nos trajeron a ese lugar, las pequeñas muertes, la sucesión de pequeñas muertes, las cosas que no dijimos, las cosas que no supimos decir, los sentimientos que estaban ahí pero no supimos conjurar. No fue una suma de cosas, fue el espacio entre esas cosas. No fueron las cosas que perdimos, fue no saber que las estábamos perdiendo. |