El diamante de la inquietud de Amado Nervo
Nos irritamos contra la vida, porque no nos da nada definitivo, porque la muerte o la desgracia están siempre de detrás de la cortina esperando entrar, o a nuestras espaldas, mirándonos a hurtadillas… Y en cuanto la suerte nos depara un goce relativamente seguro nos ponemos a bostezar como las carpas…
|