Los amantes de Praga de Alyson Richman
—Mamá, ¿estuviste en Auschwitz? —recuerdo que preguntó el verano en que cumplió trece años. —Sí —le respondí, con mi voz quebrándose. «Por favor, por favor», recé, mi corazón daba tumbos en mi pecho. «Por favor, no me preguntes más. No quiero contártelo. Deja esa parte de mí en paz». Vi cómo se levantaban sus cejas ante la rigidez de mi propio cuerpo y supe que había reconocido el temor que inundaba mi rostro. |