La Araucana de Alonso de Ercilla
No es poético adorno fabuloso más cierta historia y verdadero cuento, ora fuese agüero y triste anunciamiento, ora violencia de astro riguroso, ora inundado y rapto movimiento, ora el andar el mundo, y es más cierto, fuera de todo término y concierto; que el viento ya calmaba, y en poniendo el pie los españoles en el suelo, cayó un rayo de súbito, volviendo en viva llama aquel ñubloso velo; y en forma de lagarto discurriendo, se vio hender una cometa el cielo; el mar bramó, y la tierra resentida del gran peso gimió como oprimida. Cortó súbito allí un temor helado la fuerza a los turbados naturales, por siniestro pronóstico tomado de su ruina y venideros males |