La Araucana de Alonso de Ercilla
Quedan por el camino mil tendidos, los arroyos de sangre el llamo riegan, rompiendo el aire el planto y alaridos que en son desentonado al cielo llegan, y las lástimas tristes y gemidos (puestas las manos altas) con que ruegan y piden de la vida gracia en vano al inclemente bárbaro inhumano |