El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
—Nadie desea ser un cascarón vacío y frágil, todos queremos ser el huevo y, a ser posible, con yema; es evidente que es la mejor parte. Luego existen una serie de fenómenos puntuales que llegan al mundo con dos o tres yemas, pero aspirar a eso sería casi un alarde de egocentrismo. —¿Estás comparando la vida con un huevo? —La vida y lo que cada uno puede aportar al mundo. Lo que somos. Yo lo único que sé es que no quiero ser solo cáscara. Y si lo soy... intentaré ocultarlo. |