Tú y yo, invencibles de Alice Kellen
A los quince años una todavía no es capaz de comprender que el amor es tan complejo como un rompecabezas interminable. Nada de dos mas dos, sino algo así como "multiplica dos mil quinientos millones por infinito y réstale la raíz cuadrada del número Pi". A esa edad es lícito creer en los para siempre y en los cuentos de hadas, luego la vida se encarga de curtirte.
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