Nosotros en la luna de Alice Kellen
Alcé la cabeza hacia la luna y me quedé allí un rato, contemplándola y pensando, disfrutando de la soledad, de la sensación de que mañana estaría en otra ciudad, una mucho más cálida; de que seguía teniendo el control de mi vida. Porque, por aquel entonces, aún no sabía que era justo al revés; que la vida tiraba de mí y yo iba tras ella a trompicones, corriendo sin rumbo.
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