La hipótesis del amor de Ali Hazelwood
En serio, qué bien olía. Y era divertido, aunque de una manera extraña, socarrona; y sí, también era un reputado imbécil, pero lo bastante simpático como para que Olive pudiera ignorar ese rasgo suyo. Además, se estaba gastando una pequeña fortuna en azúcar para ella. De verdad, no tenía ninguna queja.
|