La hipótesis del amor de Ali Hazelwood
Consiguió hacerlo reír de verdad y eso no solo le transformó el rostro, sino también todo el espacio en el que estaban. Olive tuvo que convencer a sus pulmones de que no dejaran de funcionar, de que siguieran absorbiendo oxígeno, y a su mirada de que no se perdiera en las arruguitas que se le formaban a Adam en las comisuras de los ojos ni en los hoyuelos del centro de las mejillas.
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