Languidez de Alfonsina Storni
Pecho blanco Porque yo tengo el pecho blanco, dócil, inofensivo, debe ser que tantas flechas que andan vagando por el aire toman su dirección y allí se clavan. Tú, la mano perversa que me hieres, se aquello es tu placer, poco te basta; mi pecho es blanco, es dócil y es humilde: suelta un poco de sangre... luego, nada. |