El dulce daño de Alfonsina Storni
III Oh, viajero, viajero, conversa con la Muerte y dile que no impida mi camino, de suerte que me allegue a la roca, que conozca la gruta, que retorne a mis labios el sabor de la fruta. Oh, viajero, viajero, conversa con la Muerte y dile que me deje cortar flores, de suerte que mis manos se vean bellamente cubiertas por capullos de rosas y por rosas abiertas. Cómo ella me dejara, lentamente, viajero, coronada de mirtos, bajo sol agorero, emprendería marchas hacia el nuevo sendero. |