La ascendencia de Alexandre Postel
Cada vez que pienso en la muerte de mi padre, la primera imagen que me viene a la cabeza, la más nítida, la más íntima, no es la de la cara que pude ver más tarde en el mortuorio del hospital, sino la de aquellas flores de castaño, esponjosas, pálidas, deslucidas, con el estambre curvado como largas pestañas de mujer
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