Solo un amor de verano de Alexandra Roma
Lo que no sabía era que, al miedo, al de verdad, al que hace que te tiemblen los huesos debajo de la carne, a ese no lo ves venir. Ni siquiera lo intuyes. Reparas en su enclenque hermano pequeño, el susto. Pero él, él es más grande, infinito. La incertidumbre. El no saber. Después deja de existir, porque ya te ha roto. Cede su puesto al sufrimiento.
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