La noche que paramos el mundo de Alexandra Roma
Era fácil decirle a una persona que abandonase la gris y aburrida racionalidad y luchase por sus sueños de colores y serpentinas. Todos somos expertos consejeros ajenos. ¿La realidad? La realidad era que los sueños se cimentaban en ilusiones que en la mayoría de las ocasiones terminaban por desvanecerse.
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