La noche que paramos el mundo de Alexandra Roma
Slempre que me situaba detrás de ella me quemaban las ganas de decirle que detuviese ese sufrimiento continuo, que estaba, que era guapa, y que cuando miraba las años, veia raíces expandiéndose en la arena. Historia viva creciendo como un árbol. Algo completo y fascinante.
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