Pasajera de Alexandra Bracken
El amor era egoísta, ¿no? Hacía que personas lógicas desearan cosas a las que sabían que no tenían derecho. Te aislaba del resto del mundo, borraba el tiempo, eliminaba la razón. Hacía que vivieras desafiando lo inevitable. Hacía que desearas los pensamientos de otro, su cuerpo. Hacía que te sintieras como si merecieras ser el dueño de su corazón y hacerte un hueco en él.
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