La paciente silenciosa de Alex Michaelides
A menudo confundimos el amor con los fuegos artificiales. Con dramatismo y disfunción. Pero el amor de verdad es muy tranquilo, muy callado. Es aburrido, si se contempla desde la perspectiva del dramatismo exacerbado. El amor es profundo y calmado..., y constante. (Pág. 127) |