Poeta chileno de Alejandro Zambra
adora su soledad, la cuida como se cuida un amuleto que anduvo perdido algunos años y le costó trabajo recuperar. Es una soledad amable y ruidosa, poblada de gente que sale y entra de su vida por una puerta giratoria cuyo mecanismo a veces se estropea pero que por lo general funciona bastante bien.
|