Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
¡Señora!, era muy raro el sentimiento que aquel hombre me inspiraba ... Estando él presente, no soy yo sino él; quiero lo que quiere, hago lo que desea, mi alma pierde su fuerza, y mi espíritu su voluntad: su mirada me domina y me fascina. Unas veces parece que introduce en el fondo de mi corazón pensamientos que no son míos; otras que me arranca ideas, tan ocultas hasta entonces para mí misma, que ni aun las había adivinado ... ¡Oh!, ya veis, señora que en todo esto hay magia.
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