Eres más de lo que piensas: Los secretos inconscientes de la mente de Alejandra Vallejo-Nágera
Tú no eres el origen o la causa de mi mal humor, solo eres una niña ocupada en la tarea de crecer mientras yo, derramada en un mundo de tareas de adulto, te he exigido soportar la alteración de mi carácter y mi falta de ternura. A pesar de todo, me has regalado un beso. Y ahora, al verte dormir, deseo que el día vuelva a empezar para ofrecerte una sonrisa en la mañana, una palabra de aliento por la tarde, un cuento antes de dormir y, sobre todo, para permitirme el lujo de disfrutar siendo tu mamá.
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