Un mundo feliz de Aldous Huxley
No es raro que aquellos pobres vivíparos estuviesen dementes y fuesen miserables e infelices. Su mundo no les dejaba tomar las cosas con tranquilidad, no les dejaba ser sensatos, buenos, dichosos. Con madres y amantes, con las tentaciones y los arrepentimientos, con prohibiciones para las cuales no habían sido condicionados, con el dolor eterno y todas las enfermedades, por lo tanto no es raro que sintieran las cosas intensamente y sintiéndolas de esa manera (y, lo que es más, en soledad, en un aislamiento angustiosamente individual), ¿cómo podrían conseguir la estabilidad y la paz?
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