Sin duda, una de las mayores sorpresas en mucho tiempo me la he llevado gracias a la intensa y certera escritura de Aitor Aráez que ha conseguido impactarme con “Miasma Vida”. Quisiera ante todo dejar patente que animo fervientemente a la lectura de este libro. El autor escribe en primera persona, nos traslada la angustia de quien se siente encerrado en su propia habitación, sin poder reaccionar, presa de la apatía y de una autopercepción que lo convierte, en palabras textuales del propio libro, en un gusano. Y así una obra de narrativa poética se convierte en toda una oda al verdadero terror, a los auténticos monstruos que nos acechan en esta vida y que son aquellos que están en nuestra cabeza. La obra es tremendamente orgánica, expresa incluso con la propia edición todos esos sentimientos que se nos trasladan de una manera casi brutal, de una forma que es imposible dejar indiferente al lector. La manera en que está editado, los colores e, incluso, el formato de los propios párrafos y saltos de línea que en ocasiones nos pueden parecer erráticos... todo ello está al servicio de introducir al lector de lleno en lo que bajo mi punto de vista es una experiencia trascendental, algo que impele a la reflexión y que hasta influye en el estado anímico dejando siempre la puerta abierta a la esperanza. Y es que esta novela no está escrita para generar tristeza o desolación sino precisamente para que podamos sentirnos identificados e incluso podamos, si llegara el caso, reconocer algunas de las señales de alarma y pedir ayuda a un entorno que seguramente estará deseando tendernos la mano. Según avanzaba por sus páginas he llegado a temer esos párrafos escritos en negro que cada vez se sucedían con mayor frecuencia para identificar los pensamientos destructivos, simbolizando a la perfección ese monstruo interno que puede ser nuestro peor enemigo. Todas las divagaciones de la mente que, por otra parte, están descritas de manera exquisita, han conseguido crearme una auténtica sensación de claustrofobia, de no poder salir de esos pensamientos. Además, el libro tiene el acierto de comenzar directamente con esta situación y poco a poco explicarnos el porqué, acentuando así esa sensación de desorientación. Pudiera parecer en alguna ocasión un punto exagerado o una situación muy alejada y sin embargo vamos tomando consciencia de que en realidad se habla de todos esos sentimientos que en algún momento tendremos que experimentar. Aitor nos escribe sobre el duelo y nos habla sobre la dificultad de gestionar la culpa, incluso de cómo todos esos pensamientos pueden llegar a cambiar nuestra percepción del pasado, la percepción de nuestra propia vida. Cómo bajo ese prisma de la más penetrante tristeza hasta podemos llegar a deformar nuestros recuerdos y acabar paralizados por todo ello. Cabe señalar, no obstante, que es un libro tremendamente introspectivo e intimista y esta ha sido únicamente mi visión de muchas otras lecturas que podrán realizarse de una obra sobrecogedora que ante todo considero que hay que enfocar desde esa esperanza que siempre queda incluso ante la más oscura de las situaciones. + Leer más |