Aprendiz de diosa de Aimée Carter
—¿Y tú qué obtienes a cambio? Porque no pienso acostarme contigo, si eso es lo que pretendes. No soy de esas personas. Walter y él se miraron, divertidos. —Te aseguro que lo único que deseo es el placer de tu compañía. En un sentido platónico. Tuve la impresión de que no decía la verdad, pero no tenía sentido fingir que cabía esa posibilidad. No pensaba pasar seis meses de cada año de mi vida con un desconocido, fuera lo que fuese lo que me ofreciese. —No —dije—. Gracias por tu ofrecimiento, pero es una locura, así que la respuesta es no. Ahora, si no te importa, necesito dormir. |