Los libros que devoraron a mi padre de Afonso Cruz
Todos estamos hechos de historias, no de a-de-enes ni códigos genéticos, ni de carne ni de músculos ni de piel ni de cerebros. De historias.
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Los libros que devoraron a mi padre de Afonso Cruz
Todos estamos hechos de historias, no de a-de-enes ni códigos genéticos, ni de carne ni de músculos ni de piel ni de cerebros. De historias.
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Los libros que devoraron a mi padre de Afonso Cruz
Nuestros recuerdos nunca son verdaderos o absolutamente verdaderos, tan solo son una interpretación. Existen otros, y a lo largo de los años vamos viendo el pasado bajo una luz distinta. Nuestros recuerdos son contemplados desde diferentes perspectivas, según lo que aprendemos y lo que sentimos en el instante en que los rememoramos.
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Los libros que devoraron a mi padre de Afonso Cruz
Un hombre está hecho de historias, no de ADN ni de músculos ni de huesos. Sino de historias.
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Los libros que devoraron a mi padre de Afonso Cruz
Lo que yo estaba haciendo, me dijo, era leer las historias que se esconden en la partes blancas de las hojas, entre las letras de los libros, en los espacios que hay entre cada palabra. Es una gramática construida por la imaginación.
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Los libros que devoraron a mi padre de Afonso Cruz
Nuestros recuerdos nunca son verdaderos o absolutamente verdaderos, tan solo son una interpretación. Existen otros, y a lo largo de los años vamos viendo el pasado bajo una luz distinta. Nuestros recuerdos son contemplados desde diferentes pespectivas, según lo que aprendemos y lo que sentimos en el instante en que los rememoramos.
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Los libros que devoraron a mi padre de Afonso Cruz
En la literatura, una sola planta resulta insuficiente. Funciona para la construcción civil, es cómodo para quien odie subir escaleras, útil para quien no pueda subirlas, pero la literatura necesita pisos que se acumulen uno encima del otro. Escaleras y peldaños, letras por debajo, letras por encima.
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Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura en...