El dragon blanco y otros personajes olvidados de Adolfo Córdova
—Claro que hablamos— intervino el clavel del tallo más corto—, pero solo con quienes nos dirigen la palabra. Si no, sería un desperdicio. ¿Para qué hablar si quizás el otro no es capaz de contestarnos? —hubo un rumor floral de aprobación—.
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