Herederos de la singularidad de Víctor Manuel Valenzuela Real
Podríamos haber hecho frente a todo esto como especie, buscando el bien común. Pero hacía tiempo que el mal llamado bien común había pasado a ser una quimera y muchos lo consideraban algo obsceno que había que erradicar. Lo correcto era el individualismo, decían, unirse y ayudarse eran antiguas y alocadas estrategias del siglo diecinueve y principios del veinte que lo único que habían conseguido eran guerras y matanzas. El marketing había funcionado, nos habían machacado con esas consignas durante décadas y la población no actuó, nadie ayudó a nadie. No hubo organizaciones, cada cual luchó contra su vecino, los hermanos se mataron por el último trozo de comida, nadie pidió la cabeza de los culpables y tampoco llegaron a darse cuenta de quiénes eran los auténticos culpables.
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