Euforia de Sonia Lerones Losilla
Había una belleza oculta que estaba viva y que nunca desaparecía, solo cambiaba de medio, de apariencia. Nos daba tiempo para poder prestarle atención algún día, una vez estuviéramos preparados. Era una belleza colateral, la debíamos buscar cuando el dolor se hacía insoportable; siempre estaba.
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