Hercules Oetaeus de Séneca
¡Qué porte tan sereno mantuvo! Se cortaron las lágrimas, quedó vencido el dolor incluso en nosotros mismos, nadie se puso a gemir al verlo perecer…
|
Hercules Oetaeus de Séneca
¡Qué porte tan sereno mantuvo! Se cortaron las lágrimas, quedó vencido el dolor incluso en nosotros mismos, nadie se puso a gemir al verlo perecer…
|