Hercules Oetaeus de Séneca
Si los inflexibles hados han querido que yo caiga a manos de una mujer y si mi muerte ha sido hilada por tan vergonzosas ruecas, bien hubiese podido sucumbir, ¡ay de mí!, al odio de Juno: caería a manos de una mujer, pero de una que posee el cielo. Si eso, dioses de allá arriba, era demasiado, podía haber dominado mis fuerzas una amazona nacida bajo el cielo escita.
|