Hercules Oetaeus de Séneca
Saca una que tus manos no hayan lanzado aún contra nadie (no es un dardo ligero lo que hace falta para que pueda enamorarse Hércules), pon en rígida tensión tus manos y estira el arco hasta juntar sus cuernos
|
Hercules Oetaeus de Séneca
Saca una que tus manos no hayan lanzado aún contra nadie (no es un dardo ligero lo que hace falta para que pueda enamorarse Hércules), pon en rígida tensión tus manos y estira el arco hasta juntar sus cuernos
|