De la cólera de Séneca
Consintamos (en las competiciones) que se que se anime, no que salte de gozo; pues al alborozo sigue la exaltación, a la exaltación la arrogancia y la estimación excesiva de sí mismo
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De la cólera de Séneca
Consintamos (en las competiciones) que se que se anime, no que salte de gozo; pues al alborozo sigue la exaltación, a la exaltación la arrogancia y la estimación excesiva de sí mismo
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