El espíritu de la ciencia-ficción de Roberto Bolaño
Las revistas, desparramadas sobre la mesita que separaba nuestros sillones de la silla de madera de nuestro anfitrión, me parecieron esqueléticas como los prisioneros de los campos de concentración nazis; como éstos, quiero decir, como las fotografías que nos los muestran, eran en blanco y negro y tenían los ojos grandes y hundidos.
|