El juego de Ender de Orson Scott Card
El enemigo no son las otras escuadras. El enemigo son los profesores. Nos obligan a pelearnos unos con otros, a odiarnos unos a otros. El juego lo es todo. Vencer, vencer, vencer. No lleva a nada. Nos estamos matando, nos estamos volviendo locos intentando vencernos unos a otros, y, mientras tanto, esos desgraciados nos observan, nos estudian, descubren nuestros puntos débiles, deciden si somos suficientemente buenos o no. Buenos ¿para qué? Tenía seis años cuando me trajeron aquí. ¿Qué podía saber a esa edad? Ellos decidieron que yo era bueno para el programa, pero nadie me preguntó si el programa era bueno para mí.
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