Vida de Kavafis de Miguel Castillo Didier
El dormitorio era su escritorio. También había un cuarto al que Sareyanis llama “su taller de encuadernación”, en el cual el poeta armaba sus colecciones y las ensamblaba. La gran originalidad de la casa la constituía su iluminación con velas y lámparas de petróleo. Pero tenía asimismo otra originalidad más profunda, debida a la personalidad del dueño de casa y que la hacía única en toda la ciudad. En esa casa escribió o trabajó la mayor parte de su obra.
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