Lindbergh. L'agosarada història d'un ratolí volador de Kuhlmann
El motor de vapor se encendió con gran estruendo, y la hélice empezó a zumbar. ¡Hacía un ruido increíble! Pero no era el único. También se oía otro ruido entre la niebla: el ruido de un fuerte aleteo que se acercaba rápidamente.
|