Cuando Ellinor, de casi setenta años, vuelve a quedarse viuda, decide que ha llegado el momento de ajustar cuentas, al menos con Anna (la que fue su mejor amiga, que murió cuarenta años atrás y con cuyo marido Ellinor se casó). Lo hará en una larga carta dirigida a su amiga. Tal vez la mueve la falta de comprensión de quienes la rodean, sobre todo sus hijastros. Así, en dicha carta, Ellinor se remontará hasta su propia infancia y hasta su madre, quien vivió una hermosa pero arriesgada historia de amor que las marcó a ambas, hasta límites insospechados. Ha sido una lectura muy placentera. A priori, el argumento puede parecer bastante aburrido o denso (ya que toda la novela es una carta dirigida a la amiga de la protagonista), pero la verdad es que es bastante interesante y entretenida, a la par que profunda y reflexiva. La prosa del autor es ágil y fácil de seguir, lo que hace que no quieras dejar de leer. El personaje de la protagonista está construido a la perfección, así como los pequeños personajes secundarios que aparecen a lo largo de la carta, y que aunque no tengan tanto protagonismo, el autor consigue darles forma y hacerlos muy realistas. En resumidas cuentas, es una novela que nos ofrece una profunda reflexión sobre la vida, el amor, el perdón, las relaciones familiares y la búsqueda del yo. En tan solo 152 páginas, el autor consigue transmitir más emociones al lector que muchos otros libros de mayor grosor. + Leer más |