El viento de ninguna parte de J. G. Ballard
Los muros se estremecían inevitablemente, como si un extremo del edificio estuviera preso en las mandíbulas de algún enorme insecto.
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El viento de ninguna parte de J. G. Ballard
Los muros se estremecían inevitablemente, como si un extremo del edificio estuviera preso en las mandíbulas de algún enorme insecto.
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