Luciano lo tenía todo, tras esforzarse lo había conseguido, vivía cumpliendo su sueño, sin frenos, sin control, se creía invulnerable y de la noche a la mañana un accidente lo cambió todo. Cuando tocó fondo y no sabía que hacer con su vida, encontró una nueva pasión que le hizo crecer como hombre y pulirse hasta sacar la mejor versión de sí mismo. Brooke brillaba con luz propia entre el olimpo de Hollywood, una carrera forjada con esfuerzo y determinación, una vida que podría parecer de película, pero que cuando empiezan a acosarla, tiene que enfrentarse a la verdad, apenas tiene a su alrededor quien la quiera y apoye y sí muchos aprovechados que no piensan mover un dedo por ayudarla. Una casa en el valle de Napa es su punto de encuentro, donde gracias a Gigi, se conocen. Desde el primer momento saltan chispas en cada uno de sus encuentros, que les harán plantearse incluso evitarse. ¿Llegarán a encontrar algún punto en común? ¿Se convertirán esas chispas en llamas? ¿Podrán encontrar la manera de convivir? ¿Podrán superar los secretos y mentiras? Una novela en la que debo admitir que me he reconciliado con Luciano, en el primer libro de la saga, Lady Killer, lo cierto, es que este personaje no me gustaba nada, pero a medida que avanzaba por la páginas de esta segunda entrega, no pude más que perdonarlo y entregarle un poquito de mi corazón. Una novela donde se ponen de manifiesto la importancia del esfuerzo, las segundas oportunidades, la amistad y la salud mental. Todo ello aliñado por grandes dosis de inseguridad, amor, deseo e infinita paciencia. Esta novela hará las delicias de los amantes de la romántica, porque tiene todos los ingredientes para enamorarte de alguno de sus personajes a medida que avanzamos por sus páginas. Os la recomiendo. + Leer más |