Seremos el huracán de Iria G. Parente
Hoy, sin embargo, el chico del espejo parece amable. No creo que esté pensando en mis defectos. Parece nervioso, sí, pero no me odia, porque es consciente de que estoy haciéndolo todo lo mejor que puedo y eso ya es bastante. Estoy disfrutando, estoy viviendo, y eso ya es mucho más de lo que ese muchacho pensó que llegaría a conseguir jamás. |