La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada de Gabriel García Márquez
"-No hijo mio -le dijo-, tú no entras ni por todo el oro del moro. Eres patoso. El soldado, que no era de aquellas tierras, se sorprendió. -¿Qué es eso? -Que contagiad la mala sombra-dijo la abuela-. No hay más que verte la cara." |