Jack London en el abismo de Gabriel Antonio Pombo
Pero entre tanto desecho humano Jack London rescata a algún que otro personaje notable atrapado, como todos los demás, dentro de aquel desierto moral donde ni un pensamiento alegre podría subsistir. Ello le ocurre al tentar, por tercera ocasión, ingresar en una work house. La primera vez se puso a hacer cola desde las siete de la tarde y olvidó unos chelines en el bolsillo, lo que fue suficiente para que le descartaran al registrarle. Así supo que esa hora era demasiado tardía para conseguir una plaza allí.
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