Gin-tonic y palomitas de Elva Martínez Medina
—Si tú quieres palomitas, tú tendrás palomitas. —¿Eres mago? —No, pero esta noche puedo cumplir tus deseos. Gael cogió la bolsa en la que cargaba varias revistas compradas justo antes de subir al tren y sacó el paquete de palomitas. —Tú quieres palomitas, yo te doy palomitas—Aimi lo miraba entre sorprendida y divertida—. Las compré en la estación, me llegó su olor y no me pude resistir, justo pensé en pasar el viaje leyendo con un gin-tonic y palomitas. |