Una habitación con vistas de E. M. Forster
A cada minuto de su vida la está formando a usted, diciéndole lo que es encantador o divertido o propio de una dama; diciéndole lo que un hombre cree que es propio de una mujer, y usted escucha su voz, como hacen todas las mujeres, en vez de escuchar la suya propia.
|