Sigfrido y la promesa de Brunilda de Desconocido
Me arrebatas todo lo que soy y todo lo que amo, y aun asi lo acepto de buen grado, pues se cuan grande ha sido mi falta. Me he equivocado al anteponer mi vano juicio al tuyo. Pero… concedeme al menos una gracia. Dejare de ser valkiria y guerrera, me sometere a tus designios y sere una esposa complaciente, pero, por favor, por todo el tiempo que te servi fielmente, no me ofrezcas un esposo que sea un cobarde.
|