Nos trasladamos hasta Vega de Pas, en Cantabria, en el año 1910 para conocer la historia de Vega, una niña que quedó huérfana de madre al nacer y creció arropada por su abuela materna, una pasiega. No corren buenos tiempos y Concepción Revuelta retrata de forma magnífica la dureza de la vida de estas familias pasiegas a principios del siglo pasado: sus localismos, sus costumbres, cómo era el cortejo y las relaciones de pareja, los alumbramientos con la única ayuda de los familiares o vecinos cercanos, así como los muchos sacrificios que implicaba vivir en una de esas cabañas diseminadas por el valle, trabajando de sol a sol sin descanso. Con el transcurrir de los años, Vega no parece tener muy buena estrella y, tras quedar viuda muy joven, encuentra en la oferta de una acomodada familia, los Vaudelet, la única oportunidad de sacar adelante a sus dos hijos pequeños, Vidal y Rosario, y a la vez apoyar económicamente a su abuela, aunque eso implique trasladarse a vivir a Madrid con la citada familia y ejercer como ama de cría. Es durante la Segunda República cuando Vega se desplaza a la capital con sus nuevos patronos, Brigitte y Pablo, una familia propietaria de una fábrica de porcelana y cristal, en la que su función será amamantar a la pequeña de los Vaudelet. Pero nada va a ser fácil en el hogar de esta nueva familia, que ya cuenta con cierto número de personal de servicio poco dispuesto a aceptar sin más ciertos privilegios de la pasiega. También habrá de lidiar Vega con los caprichos de su señora, Brigitte. Allí, les alcanzará la Guerra Civil y todo se complicará muchísimo. Será un narrador omnisciente el que nos mueva por una historia de cronología lineal, con dos escenarios principales, Vega de Pas y Madrid, que abarca un marco temporal amplio: entre 1910 y la Guerra Civil, para tras dar un salto en el tiempo terminar en 1973. Una historia, contada de forma sencilla, en la que encontramos muchísimos vocablos pasiegos y cántabros, que consiguen hacernos sentir cómo era esa gente. A pesar de ser una lectura fluida no ha logrado atraparme, me ha faltado garra. He conocido la historia porque me la contaba un narrador, sin embargo, me ha faltado alma en los personajes, no han despertado en mí emociones, veía venir todo desde antes que ocurriera. Los personajes me han parecido muy planos, demasiado estereotipados: los buenos, demasiado buenos y los malos viceversa, sin escala de grises. Y a Vega en ocasiones la he encontrado contradictoria: esa buena chica, muy dulce y acostumbrada a un entorno rural, no me casaba con ciertas respuestas insolentes a personal del servicio o incluso en su soltura a la hora de moverse por la capital. Te di mi palabra es una historia de amor, dolor, deslealtades y superación. Una lectura que a pesar de estar muy bien ambientada temporalmente y contar con algunos escenarios impresionantes, como es el caso de los valles pasiegos, se me ha quedado corta, como deslavazada. Desde mi punto de vista ha faltado veracidad en los personajes y algunos giros argumentales para lograr una historia mucho más creíble y menos previsible. Evidentemente, esto no es más que una opinión personal y podréis encontrar por ahí algunas otras reseñas mucho más entusiastas. Enlace: https://bookeandoconmangeles.. + Leer más |