Una bruja sin escoba de Antonia J. Corrales
—Ya te lo he dicho, soy un cazador de emociones. Tus pétalos son lágrimas, ¿verdad? —preguntó, cogiendo uno de ellos y deslizándolo entre sus dedos—. He visto lágrimas con forma de mariposas, de plumas diminutas de colores vivos e incluso bolitas de cristal. Hace años conocí a una mujer que hacía rosarios con las lágrimas que recogía. Si aún viviera te daría la dirección de su tienda para que le llevases las tuyas. Es una pena que se marchiten. Con tus lágrimas habría hecho unas cuentas preciosas para sus rosarios.
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