Historia de san michele, la de Axel Munthe
¿Era posible que el infinito amor que del corazón de esa mujer se irradiaba sobre aquel niño moribundo pudiera remodelar los suaves contornos de su carita dándole un vago parecido a la suya? [...] ¿O era la muerte, el gran escultor, quien con su mano maestra reformaba y afinaba las facciones del niño antes de cerrarle los párpados?
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