El crujido en la escalera

“El crujido en la escalera” es la primera novela de Eva Bjórg Ægisdóttir y, además, es la primera entrega de la serie Islandia Prohibida (serie de nordic noir de la que, hasta la fecha, hay cinco novelas publicadas en islandés). Su debut viene avalado por numerosos premios, entre ellos el de Mejor Novela Negra Islandesa y, tras leerlo, puedo confirmar que es un fantástico arranque de serie.

El hallazgo del cadáver de una mujer en el faro de la localidad islandesa de Akranes coincide con la vuelta a la ciudad de Elma, una policía que, tras el fin de una relación sentimental, vuelve a su localidad natal. Junto a sus nuevos compañeros iniciará una investigación que se adentrará en el pasado de la víctima, enfrentándose a los secretos y silencios de una comunidad que ha mantenido unos crímenes del pasado ocultos durante décadas.

“El crujido en la escalera” hace uso de varios de los recursos y técnicas narrativas habituales dentro del nordic noir, como pueden ser la narración a dos tiempos, el uso del paisaje para contribuir a crear una atmósfera gris y sombría, o la utilización de temas de fondo espinosos que suponen un contraste entre la imagen aparentemente tranquila de la sociedad nórdica y la cara más oscura que esconde en sus cimientos. Aunque la trama principal puede no ser la más novedosa del mundo, el estilo de la autora y esa atmósfera claustrofóbica que genera, hacen que la narración enganche al lector y le mantenga pegado a sus páginas.

La historia se desarrolla en dos líneas temporales, un presente en el que seguiremos la investigación policial y en el que el empleo de diversos punto de vista sirve para enriquecer la trama, y un pasado que nos llevará a conocer la difícil infancia de Elisabet, la víctima. Son estos flashes al pasado los que permitirán al lector descubrir lo que le ocurrió cuando era niña y que le hizo forjar su personalidad, permitiendo a este poner en relación todo aquello que ocultaba y que pudo conducir a su muerte. Los saltos temporales están bien manejados, logrando mantener el interés en ambas líneas a lo largo de toda la novela, siendo la parte del pasado en la que encontraremos los momentos más crudos, donde el dolor y la tristeza son plenamente palpables.

La novela presenta una muy buena caracterización de personajes, siendo todos ellos personajes complejos, haciéndolos mucho más atrayentes para el lector. Elma es un personaje muy intrigante. Hace gala de una voluntad férrea y un profunda determinación para descubrir la verdad, lo que despierta las simpatías del lector desde el minuto uno. Su vuelta a Akranes le despierta sentimientos encontrados, llegando a sentirse en ocasiones como una forastera en su propia ciudad. Hay un halo de misterio a su alrededor que contribuye a crear un personaje con numerosas aristas. La información acerca de su pasado es revelada con cuentagotas, lo que ayuda a que al lector quiera seguir avanzando en la historia para descubrir qué fue lo que le ocurrió.

La historia resulta mucho más compleja que un simple whodunnit, tornándose mucho más inquietante a medida que avanza. Aunque el misterio se va cociendo a fuego lento, la fantástica ambientación hace que te mantengas dentro de la historia en todo momento. Aunque al principio puede costar un poco acostumbrarse a los nombres de personas y lugares, al comienzo del libro, y como ayuda para el lector, hay una guía de pronunciación de los diferentes nombres (aunque yo he de confesar que hice free style).

Leído en lectura conjunta con @nomada.entre.libros, hubo un pequeño detalle que nos volvió completamente locos hasta el punto de tener que comprobar la versión en inglés, llegando a la conclusión de que era un error de traducción. Eso sí, la confusión nos dio pie a hacer tropecientas teorías.

“El crujido en la escalera” es un muy buen debut, con un misterio envolvente, impregnado de la atmósfera del lugar y una protagonista que te deja con las ganas de seguir descubriéndola, perfecto para fans de Ragnar Jónasson e Yrsa Sigurdardottir.