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Nos encontramos en la España de 1944, Ofelia se dirige junto a su madre al que será su nuevo hogar. Su padre, sastre de profesión, murió un año atrás y su madre ha vuelto a casarse con el capitán Vidal, del que está embarazada. A Ofelia le encantan los libros y por ello será regañada más de una vez bajo el argumento de que tiene la cabeza llena de tonterías y por culpa de esas historias no es capaz de ver que la vida es cruel, que dista mucho de sus cuentos. Pero lo que nadie se espera es que al llegar al molino, Ofelia conozca a las hadas y al fauno, que gracias a ellos vivirá su propio cuento de hadas, pero no uno de esos en los que todo es de color rosa y hay canciones y bailes por doquier, si no uno mucho más oscuro y peligroso. Por más imposible que pueda parecer, empecé este libro sin ninguna idea preconcebida ya que para empezar ni siquiera sabía que la historia transcurría en España, y mucho menos en plena posguerra y no tenía la más remota idea de como se manejaría toda la parte del cuento de hadas y el fauno. Creo que inconscientemente esperaba que Ofelia encontrara algún tipo de entrada secreta que la llevara a ese otro mundo, pero no, todo ocurre en los alrededores del molino, dándole especial importancia a las ruinas del laberinto que se encuentran a pocos metros. Parecerá una tontería, pero que esta historia evite las grandes demostraciones de magia a las que estamos acostumbrados ha sido un detalle que me ha encantado. Ningún personaje se ve envuelto por purpurina ni por luces cegadoras, no hay explosiones de color, al contrario, toda la historia tiene un aire tenebroso; el fauno, sus hadas y el resto de personajes mágicos dan bastante grima y teniendo como telón de fondo del enfrentamiento entre el capitán y los republicanos que se esconden en el bosque, esta historia parece todo lo que quieras menos un cuento de hadas. Ofelia me ha encantado pese a parecerme un poco crédula, porque si algo tengo claro es que a mí se me presenta el fauno diciéndome que soy Moanna, la princesa perdida del reino subterráneo y yo de la última parte ni me entero porque piernas, para qué os quiero... Sí es cierto que aunque el fauno le promete algo con lo que ella siempre ha soñado, Ofelia termina demostrando su inteligencia al dudar de las palabras del fauno ya que, como digo, este da bastante grima y sus reacciones dejan mucho que desear en ocasiones. Será por eso que a lo largo de toda la lectura estuve dudando de si el fauno mentía o no, de si en realidad era bueno o malo, aunque eso es algo que deberéis descubrir vosotros. Como todo cuento de hadas tiene que haber algún monstruo feroz y esta historia no podía ser menos. Si bien es cierto que hay algún otro personaje que podría encajar en la etiqueta, el capitán Vidal, el Lobo para Ofelia, es el gran villano de esta historia. No solo persigue a los rebeldes si no que disfruta acechándolos, torturándolos y matándolos y en más de una ocasión nos dejará claro que tanto Ofelia como su madre son una molestia para él, a quien solo le interesa el niño que su esposa lleva en el vientre. El libro además intercala pequeñas historias que complementan algunos detalles de la historia que quedan en el aire, lo que lo hace mucho más interesante porque de esta manera lo podemos entender todo a la perfección. Lo que me ha dejado algo descolocada es el final, ya que con el libro di por sentado que había ocurrido una cosa, pero al ver la película mi marido entendió justo lo contrario y ahora realmente no sé qué pensar, supongo que la intención de Guillermo del Toro era que el espectador sacara sus propias conclusiones y a mi parecer es algo que funciona pues dos días después sigo dándole vueltas a ese final. Enlace: http://pajaraslectoras.blogs.. |
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